Mal hora para el afronte



Mal hora para el afronte
ya no eres gallo’e tapada
mientras tú vas de bajada
yo empiezo a subir el monte.


¿Sabes? ¡qué pena me da!
mirarte cuando te miro
más que verso es un suspiro
en que tu vida se va.
¡Qué terco! ¡ríndete ya!
y sino ¡negro componte!
no hagas que el pueblo se atonte
de la cabeza a los pies
por más que lo niegues, es
mal hora para el afronte.


A gallo que hago voltear
la cabeza con el pico
como en la arena es más chico
lo dejo revolotear.
¿Con qué me vas a patear
si tu espuela está gastada?
sabe la Virgen sagrada
no soy de actuar con ventaja
y si es el verso navaja
ya no eres gallo’e tapada.


De tu ingenio yo no dudo
tampoco de tu malicia
mas el verso en su justicia
te dio lo angosto’el embudo.
La redondilla es mi escudo
y la décima mi espada,
a la montaña escarpada
en la cual he de batirme
yo subo con paso firme
mientras tú vas de bajada.


Con cantor espabilado
el que a ti te pondrá el yugo
y en quien ves a tu verdugo
¡nunca te habías topado!
Hace mucho he iniciado
de mi sendero el desmonte,
dile a tu amo que confronte
que a tu respeto no falto
pa’ mirarte desde lo alto
yo empiezo a subir el monte.


* planta de Enrique López Albújar
Matalaché

© 2004 Luis Bárcena Giménez

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